Sobre cumplidos, elogios y reconocimiento. Puestos a hacerlo, hagámoslo bien.

Dar reconocimiento

No hace mucho leí en IDEAS. TED.COM un interesante artículo en el que Shawn Achor hacía una crítica a nuestro actual modelo de elogios –elogios que hacemos en la escuela, en los negocios, en la familia, con la pareja, etc.–

Decía que en la sociedad actual cometemos DOS FALLOS a la hora de dar reconocimiento.

En primer lugar, sostiene que no elogiamos lo suficiente. Hacemos algún cumplido aquí y allá, pero en general tendemos a quedarnos cortos, no llegamos al aprobado.

Y en segundo lugar, afirma que lo hacemos mal, elogiamos de forma equivocada y en lugar de motivar… desmotivamos.

Para ponerlos las pilas y superar la materia con nota nos propone algo muy sencillo de hacer: NO basar el elogio en la COMPARACIÓN con los demás (como en muchas ocasiones hacemos sin darnos cuenta).

Sirva el siguiente ejemplo para aclararlo.

Ponte la chaqueta de jefe de ventas, ¿pondrías en tus labios este elogio?

«Enhorabuena Paco, este mes te has salido, has sido el mejor vendedor.»

¿Qué te parece, crees que resulta motivador?

Si tu respuesta fue un Si, te diré que Shawn Achor considera que este cumplido está basado en la posición que tiene Paco con respecto a los demás, por lo que no estaría bien formulado.

En cambio, si en su lugar dices: «Enhorabuena Paco, tus resultados han sido magníficos», aquí ya no estableces la comparación con el resto del equipo.

¿Qué hay de malo en dar la enhorabuena a un comercial haciendo hincapié en que ha sido el mejor?

Estos son los motivos:

  • En primer lugar, estás felicitando a alguien a expensas de los demás, le estás diciendo a ‘Paco’ que sus resultados han sido un poco mejores que los de otras personas.
  • En segundo lugar, implícitamente das a entender que el éxito solo se puede lograr cuando otros individuos entran juego (solo así es posible la comparación y la etiqueta de ‘el mejor, la mejor’…)
  • Y por último, si ese elogio se hiciera en público (cosa que siempre nos han aconsejado hacer), el mensaje que dejas al grupo es que solo un cierto porcentaje de ellos puede tener éxito, lo que debilita la determinación o el ánimo de otras personas. Y dice algo muy cierto: «no hay necesidad de degradar a todos los demás en un intento de elogiar a un individuo«.

Por lo tanto, Shawn Achor propone que recordemos la siguiente REGLA antes de formular un elogio:

hacerlo sin introducir comparaciones, y
eliminar superlativos como «el mejor», «el más rápido», «la más inteligente», etc.

No cabe duda que todos necesitamos el estímulo del elogio.

Pirámide de MaslowNo en vano el Reconocimiento se sitúa en la mitad superior de la pirámide de Maslow, lo que le convierte en un elemento básico para desarrollar la autoestima.

Y da igual que uno sea junior, senior, de una generación o de otra… porque recibir una palmadita en la espalda siempre es un elemento mega motivador que todo el mundo sabe apreciar. Seguramente no lo necesites para hacer bien tu trabajo, pero estoy convencida que trabajas más feliz sabiendo que tus compañeros o tu supervisor inmediato aprecian tu contribución y esfuerzo.

El delicado tema de CUÁNTO elogiar

Decíamos antes que Shawn Achor reprocha que hoy día se elogie poco en el trabajo, lo que da pie a hacer la pregunta del millón: ¿cuánto se considera poco, hay alguna forma de medirlo?

Mucho me temo que la dosis adecuada de reconocimiento es algo muy particular más relacionado con la propia intuición que con las matemáticas, si bien hay dos investigaciones que se atreven a dar una cifra.

Por un lado, Gallup sugiere que el reconocimiento por un buen trabajo debería hacerse cada 7 días –ojo, esta cifra es por individuo- y asegura que un elogio a la semana es un goteo adecuado para que se convierta en algo especial y tenga un impacto motivador.

Por otro lado, la Harvard Business Review aclara que la relación ideal es de aproximadamente 5 comentarios positivos a 1 negativo, y que guardar este equilibrio ayuda a mantener una fuerza laboral productiva.

Por lo tanto y simplificándolo mucho, la recomendación es siempre dar más feedback positivo que negativo, y hacerlo de manera regular.

Infografía sobre el elogio en el trabajo

Puestos a elogiar, hagámoslo bien

El Dr. Bob Nelson, experto en motivación, es famoso por haber desarrollado un código universal para que los comentarios positivos que hagas sean verdaderamente apreciados.

1. Hazlo pronto, no esperes.

El reconocimiento merecido no se posterga. Si un colaborador/a hace algo importante, deberías ser el primero en notarlo y en felicitarlo. Si algo te impide hacerlo personalmente, siempre puedes enviar un mensaje de voz, un email o una nota que puedas dejar en su mesa de trabajo.

2. Los elogios no se regalan, se ganan.

Y para ello ha de ser auténtico y estar justificado.

3. No descuides cómo lo dices.

Un gesto de agradecimiento debe ser cálido, mejor con contacto visual, mucho mejor con una sonrisa, y muchísimo mejor si es sincero. Hazlo breve y directo, que vaya al grano y sin que suene exagerado.

4. Alaba los detalles, aportará credibilidad al elogio y se entenderá mejor.

Cuanto más específico, mejor recibido será. No te quedes en el genérico ‘Buen Trabajo’, menciona por qué consideras que hizo un buen trabajo (p.ej. me gusta cómo has sabido reconducir la queja del cliente, conseguiste rebajar rápidamente la tensión. Una pequeña explicación siempre le da más peso.

5. Evita la palabra pero, le resta énfasis al cumplido y además te quita de golpe la sonrisa de la boca (Ej. Paco, he leído tu informe, está perfecto y es muy completo, pero me hubiera gustado recibirlo antes).

6. Y por último, no esperes a elogiar el resultado final, celebra también el trabajo realizado.

Los cumplidos, por pequeños que sean, se agradecen igualmente.

Cita de Dale Canergie

Cuando sabes que lo tienes que hacer pero no lo haces

Principalmente se manejan dos pretextos para evitar dar reconocimiento. Uno es ‘No tengo tiempo’ y otro ‘No hay nada destacable que elogiar’.

Vamos a deternernos en ambos.

En primer lugar, la falta de tiempo no es una excusa realista. Qué mando intermedio no dispone de 15 segundos de su tiempo para decir a un colaborador …

– Es estupendo cómo has manejado la situación, ¿cómo lo has hecho?
– ¡Oye, qué idea tan buena, vamos a ponerla en práctica!
– No estaríamos celebrando esto si no fuera porque (…)
– Todos podemos aprender mucho de cómo has hecho (…)
– ¡Qué lujazo tenerte en el equipo!

Y en segundo lugar, también suena a excusa decir que no hay nada que elogiar cuando, si lo piensas, hay infinidad de comportamientos que se pueden realzar. P.ej. la solidaridad entre compañeros, estar siempre dispuesto a ayudar, la paciencia infinita, la buena comunicación en un proyecto colaborativo, saber anticipar los problemas y ahorrar dinero a la empresa, las buenas decisiones, mantener una buena actitud cuando las cosas se ponen difíciles, etc.

En general, todo aquello que sirva de ejemplo para el resto de compañeros es digno de reconocimiento (ya ves que no todo se reduce a los resultados).

Terminamos con estas palabras de Madre Teresa, seguramente no destinadas al ámbito laboral, pero que al que se pueden aplicar perfectamente.

Las palabras amables pueden ser cortas y fáciles de decir, pero sus ecos son realmente infinitos. (Madre Teresa)

Fuente: https://ideas.ted.com/whats-the-worst-kind-of-praise-you-can-give/ 
Imagen: EL@Seattle/Flickr

 

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