Etapa de cambios: la llegada de un nuevo jefe.
La llegada de un nuevo jefe es una situación a la que tarde o temprano nos enfrentamos en nuestra vida profesional.
Desde la comodidad que supone tener un jefe durante mucho tiempo, la llegada de un extraño puede preocuparnos al principio. Y es normal. Con él llegan nuevas ideas y un enfoque diferente de cómo hacer las cosas, pero diferente no significa ser malo. Hay que mirarlo de esa manera.
Para empezar, la situación no se vive igual si el que te mueves eres tú o la otra persona. Me explico. Si empiezas en un nuevo trabajo, se entiende que tendrás un nuevo jefe. Si te promocionan, cambias de funciones o de departamento, es obvio que el cambio también implica un nuevo jefe. Se acepta mejor porque es algo que tú has elegido, o al menos, es algo que esperas y te puedes preparar.
Sin embargo, el hecho de que un nuevo jefe entre en tu vida sin que tu posición haya cambiado, es algo más inquietante. Todo es más repentino. Ya sea porque tu antiguo jefe se vaya a otra empresa, le despidan o cambie de puesto al ser promocionado, el hecho es que es reemplazado por otra persona de la que ahora pasas a depender.
» Reacciones ante la llegada del nuevo jefe.
Cuando los rumores dan paso a la confirmación de que su llegada es inminente, la sensación es una mezcla algo incómoda de expectación y ansiedad, especialmente por la incertidumbre que nos crea el cambio que se avecina.
La primera reacción de muchos es lanzarse a Google, Lindkein, Twitter y otras fuentes, para buscar información no sólo de su trayectoria profesional, sino también de sus gustos, opiniones, actualizaciones, a quién sigue, lo que comparte… Todas las referencias posibles que nos acerquen un poco al lado humano del nuevo jefe. Es como si la lectura de su perfil nos diera una ligera ventaja en esa situación.
» Más vale malo conocido que bueno por conocer.
Vamos a suponer que tienes un mal jefe. Un jefe que hace tiempo que no te aporta nada y que te mantiene estancado profesionalmente. Tampoco estás de acuerdo con la manera en que lleva el departamento, pero te has resignado. Al menos, le conoces.
¿Preferirías seguir trabajando así a pasar por el riesgo que supone la llegada de un nuevo jefe?
Entiendo que no apetezca la idea si estás contento con tu jefe actual; pero el hecho de que nos conformemos con una situación (mala), sólo porque cabe la posibilidad de que el cambio sea a peor, es como perder la esperanza de que las cosas puedan mejorar.
Un nuevo jefe es un nuevo comienzo y una nueva oportunidad. Otras ideas y planes de cómo debería funcionar el departamento. Y no hay otro camino que el de adaptarse y aprender a hacer las cosas de manera diferente.
» “¿Qué conseguiste qué?” Pasa página a tus viejos logros.
Al margen de que no se puede vivir permanentemente de los logros pasados, tus triunfos se esfuman cuando entra un nuevo jefe. Simplemente, porque no los conoce. Por tanto, lo que hayas hecho hasta entonces, es historia. No importa el tiempo que te has quedado fuera de tu horario terminando un trabajo ni el esfuerzo que te ha costado conseguir a un Cliente. El nuevo jefe no lo ha vivido; no estaba allí. Por lo tanto, es borrón y cuenta nueva.
Tienes todo por demostrar. La buena reputación que tengas te la tendrás que volver a ganar con el recién llegado. Y si tu desempeño no pasa por un buen momento, mucho mejor, porque ahí tienes una nueva oportunidad.
» Flexibilidad: esa aptitud tan preciada.
Normalmente los cambios no se producen de un día para otro, a no ser que las cosas estuvieran muy mal y el nuevo jefe tenga que “dar un puñetazo sobre la mesa”.
Haga lo que haga y tome las medidas que tome, no puedes ser un obstáculo. Si quieres entrar con buen pie, tendrás que colaborar y ofrecerte a ayudarle en lo que puedas.
Ponte un momento en su papel: estrena cargo, oficina, está rodeado de gente con la que aún no tiene confianza, sistema informático diferente, objetivos que cumplir durante su periodo de prueba, todas las miradas puestas en él… ¿No crees que está sometido a mayor presión que tú?
Todos tenemos una curva de aprendizaje cuando empezamos en un nuevo trabajo. Y el jefe no es una excepción. Concédele un tiempo para que se familiarice con su nuevo puesto, y en cuanto tengas la oportunidad, infórmate de cuáles son sus prioridades. Eso te dará una idea de cuáles serán sus primeros pasos.
En definitiva, ante la llegada de un nuevo jefe estate tranquilo, no saques conclusiones precipitadas, sé optimista y ármate de paciencia para afrontar esta nueva etapa. En un abrir y cerrar de ojos, te habrás adaptado.
¿Qué tal tu experiencia cuando cambiaste de jefe? Anímate y deja tu comentario.
Hola Pilar.
en una fábrica tenían un dicho que decía algo así como «Jefe nuevo = despidos o reducción de personal subcontratado». El que llega nuevo debe hacerlo mejor que el anterior y «los números no mienten»: si hay más beneficios, menos gastos, etc. es que ha ido bien. Eso es lo que pensaban de los jefes nuevos basándose en su experiencia.
Un saludo.
Hola Antonio,
Te agradezco mucho tu comentario.
En mi vida profesional he cambiado de jefe en unas 5 ocasiones, y en una de ellas fui víctima de eso mismo que tú comentas: el despido.
Efectivamente, como dices, «el nuevo jefe debe hacerlo mejor que el anterior» y a veces cogen el camino más corto para mejorar el margen de beneficio, que es abaratar costes con la reducción de personal.
Gracias de nuevo por participar.
Saludos.
Hola Pilar. En mi caso yo soy el nuevo jefe. El puesto es de mucha responsabilidad y diferentes actividades. El gran problema que yo enfrento es el de que mi predecesor no se fue de la empresa, sino que ascendio, ahora el es mi jefe y yo tome las riendas del area que el dejo. Lo veo como problema ya que ha pasado un año y el no me toma en cuenta y mis subordinados le son leales de manera admirable. Por lo que tienen comunicacion directa con el y me rebaten toda decicion y la cuestionan. Ellos tienen toda la informacion antes que yo. Siempre fue asi desde el momento en que yo llegue contratado presisamente por el mismo. Y toda la hostilidad comenzo cuando al yo percibir el rechazo de mis subirdinados y que me cuestionan mis desiciones yo tuve que ser muy energico con ellos y me catalogaron como prepotente a la vez porque les he quutado muchos privilegios, la verdad yo no se porque no me ha despedido mi jefe, si el esta con ellos. Mi trabajo me gusta mucho, existe un mar de areas de mejora que me ayudaran a incrementar mi desarrollo profesional, por eso he permanecido en esa empresa. Pero es muy incomodo estar donde nadie te acepta.
Hola Maximiliano:
Muchas gracias por contarnos tu experiencia.
Lamento de veras la situación por la que estás pasando, pero piensa que si tu jefe te ha elegido precisamente a ti es porque considera que eres la persona más idónea para dirigir ese equipo, confía en tus posibilidades.
Por lo que cuentas, tu jefe está jugando a poli malo (tú) y poli bueno (él), supongo que aunque ahora esté dos niveles por encima, quiere seguir manteniendo esa cercanía con el que fue su antiguo equipo, lo cual es bueno, pero a la vista está en que no está acertando en los límites.
Creo que necesitas sentarte con tu jefe y hablar del tema. Si es un buen jefe, entenderá el problema que te está causando y seguro que le pone remedio.
Mucha suerte y ánimo.
Un abrazo,
Pilar