La técnica creativa más conocida: el “brainstorming” o “tormenta de ideas”. (Infografía)

La técnica de Brainstorming o tormenta de ideas se ideó por primera vez en 1938 por Alex Osborn. Desde entonces, se ha utilizado infinidad de veces en las empresas.
Lo que se persigue con esta técnica es generar ideas originales para encontrar soluciones que no sean las tradicionales, sino soluciones creativas y diferentes. Todo lo que hace falta es un grupo de personas y un ambiente absolutamente relajado e informal, exento de críticas, donde la gente se sienta libre para opinar y decir lo que se les ocurra, por muy chocante o rara que la idea pudiera parecer.
A continuación os dejo una infografía que he preparado para presentar esta técnica.
Infografía «Tormenta de ideas».Licencia Reconocimiento (by)
En ocasiones, el término Brainstorming se emplea mal dentro de la empresa. Como por ejemplo, cuando en medio de una reunión el que la dirige sugiere a los asistentes hacer una tormenta de ideas para buscar la solución a un problema o para mejorar una situación complicada. Y acto seguido, a medida que van sugiriendo esas ideas, se empieza a discutir una por una valorando su conveniencia o no. Eso no es hacer una lluvia de ideas. De hecho, evaluarlas demasiado acaba con la creatividad.
No basta con reunirse unas cuantas personas y poner la imaginación a trabajar, sino que necesita que se den, al menos, estas 3 características:
1º Mente abierta en un ambiente seguro.
«No se pueden matar las ideas a cañonazos, ni ponerles las esposas»
(Louise Michel, comunera de París)
El principal temor al que se enfrentan las personas que participan en una tormenta o lluvia de ideas es a parecer estúpidos delante de sus compañeros o de sus superiores. Por eso, la regla nº 1 es que no se pueden emitir juicios de valor. Ni se critica, ni se elogia. Si esto se hace, la gente tiende a callarse y la cantidad y la calidad de las ideas se ve afectada. Si alguna suena un poco tonta, el que dirige la sesión tiene que estar atento para no consentir risas o censuras. Es más, una idea que puede parecer extravagante al principio, quizás llegue a ser la semilla de otra que finalmente triunfe. Y esto nos lleva al punto 2.
2º Construir la pepita de oro.
«Las ideas se encienden unas con otras, como las chispas eléctricas»
(Johann J. Engel, escritor alemán).
Para que esa pepita de oro surja, debe primar la cantidad de ideas sobre la calidad. Cuantas más ideas, más oportunidades. La calidad vendrá sola, seguramente construida a partir de ideas de otros o de transformar y mejorar las que se van apuntando.
De hecho, así se hace en una técnica similar llamada Brainwriting. Consiste en lo siguiente: “Se entrega a cada persona del grupo una hoja de papel y, a continuación, se les hace una pregunta o se les plantea un problema. Todo el mundo tiene 1 minuto para escribir una solución, y luego se pasa el papel a otra persona en el grupo, que tendrá 2 minutos para leer la idea y mejorarla. Así se va pasando la hoja de persona a persona hasta haber completado la ronda”.
De esta manera, todo el grupo participa en la construcción de esa idea genial.
3º No dejes que las palabras se las lleve el viento.
«Si quieres tener buenas ideas, tienes que tener muchas ideas. La mayoría de ellas serán erróneas, y solo tienes que aprender cuáles desechar»
(Linus Pauling, premio Nobel de Química y de la Paz).
No hay tormenta de ideas sin un rotafolios, post-it o similares. El que dirige la sesión tiene que recoger todas las sugerencias o ideas que van surgiendo. Esto es crucial tanto para involucrar al equipo como para que todos puedan ver lo que lo que está pasando y no se distraigan. Más tarde, se pueden clasificar, agrupar y condensar en otras nuevas.
Mención aparte merece la figura del Coordinador, que es clave para que la sesión sea eficaz. Hay un párrafo muy interesante en un estudio llamado “Cómo aplicar la tormenta de ideas para estimular la creatividad” que por su interés voy a reproducir a continuación y que trata de las intervenciones que puede llegar a tener la persona que dirige la sesión. (No consta el autor de este estudio, por lo que no puedo dar créditos, sólo enlazarlo).
Intervenciones del Coordinador para:
- Simplificar una idea y poder anotarla:
«¿Puedes expresarlo más brevemente?»
- Evitar especulaciones y ayudar a que la persona cuente su idea:
“No es necesario que expliques tu idea, sólo dila”.
- Sugerencia ante una idea no suficientemente clara o demasiado larga:
“¿Cómo lo anotamos?”
- Evitar repetir ideas que ya han sido anotadas:
“Me parece que esa idea ya se ha dicho”.
- Advertir al grupo cuando hay críticas y valoraciones, o incluso cuando alguien propone desecharla:
“Eso es valorar”, “Aceptemos la idea, ya habrá tiempo de valorarla después” o “Cada cosa a su tiempo; ahora nos tenemos que limitar a aportar ideas”.
Y por último, lo más importante de una sesión de Brainstorming es lo que sucede después de que termine.
No se trata de regresar a la mesa con una pila de notas que no se van a volver a utilizar. No hay nada peor para un equipo que tener la sensación de que sus ideas creativas han caído en un pozo sin fondo y que su esfuerzo ha sido en vano.
Por lo tanto, lo ideal sería sacar las 5 o 10 ideas más interesantes y examinarlas con detalle. Pero eso, ya es otro capítulo…
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