El círculo vicioso de los conflictos: cuando cosechas lo que siembras.

Caja betari

Algunas ocurrencias circulan por la red a la velocidad del rayo.

Esta en concreto a la que me refiero se hizo rápidamente viral y hasta ha aparecido en algún periódico digital.

El protagonista fue el empleado de una gasolinera que escribió una nota a su jefe y la colocó en la puerta del establecimiento.

La nota decía así:

    Traducción de la nota:     "Hola jefe, Aprenda a ser puntual o por lo menos avise cuando vaya a llegar tarde. Más de 1 hora sin llamar por teléfono es inaceptable. Como puede ver, las puertas están cerradas. Me fui a casa. Despídame si es necesario pero tenga en cuenta que lo hice debido a SU negligencia". (Firmado) Joe.
Traducción de la nota:

Hola jefe, Aprenda a ser puntual o por lo menos avise cuando vaya a llegar tarde. Más de 1 hora sin llamar por teléfono es inaceptable. Como puede ver, las puertas están cerradas. Me fui a casa. Despídame si cree que debe pero dese cuenta que me marché por SU negligencia. (Firmado) Joe.

Como era de esperar, Joe fue despedido.

He leído comentarios de todo tipo; los hay quienes piensan que es un héroe por practicar la asertividad y otros que le consideran un insensato. Para mi, lo que es inaceptable es la nota. Por mucho que uno se sienta enfadado, cansado, irritado y hastiado de una situación, nunca puede perder los papeles de esa manera.

Y aunque fuera cierto que esperaba a su jefe para coger el relevo después de haber trabajado durante el turno de noche, me sigue pareciendo una total falta de profesionalidad. Sin duda el jefe actuó mal por no avisar, pero eso no lo justifica.

Escogí esta anécdota porque sirve para abrir el tema de hoy: el impacto que nuestras actitudes y comportamientos tienen sobre las actitudes y comportamientos de las personas que nos rodean.

A este concepto lo llaman  Diagrama Betari o ciclo de los conflictos y está representado de esta manera:

Caja_de_Betari

Es un concepto muy simple pero ayuda a comprender hasta qué punto nuestra actitud (positiva o negativa) juega un papel muy importante en el comportamiento que mostramos. Y para cerrar el círculo, nuestro comportamiento interviene a su vez en el tipo de respuesta que recibimos de los demás.

Cada uno da lo que recibe y luego recibe lo que da, nada es más simple, no hay otra norma: nada se pierde, todo se transforma.
(Jorge Drexler)

El refranero español lo resume en una frase todavía más corta: cada uno cosecha lo que siembra.

Volviendo a la nota, sospecho que Joe debía estar atrapado en un bucle muy negativo. ¿Habría tenido el mismo comportamiento si la relación con su jefe fuera de cercanía, respeto y confianza? Seguramente no. Es de suponer que la tardanza del jefe sólo fue la gota que colmó el vaso; un vaso lleno de otras muchas gotitas de descontento que se habrían ido acumulando a lo largo del tiempo.

Por tanto, no nos sorprendamos con las respuestas que otras personas nos dan, porque según la caja Betari su germen está en nuestro comportamiento anterior y en las señales inconscientes que mandamos a los demás (como la expresión de nuestra cara, el lenguaje no verbal e incluso el tono de voz).

Pongamos un ejemplo:

El director financiero de una empresa detecta por casualidad una importante equivocación en un presupuesto que han realizado los miembros de su equipo. Por suerte, el error es detectado antes de que el presupuesto sea enviado al cliente.

En consecuencia, decide establecer como prioridad nº1 la estricta supervisión del equipo para asegurarse que no vuelve a suceder y comienza a revisar todo lo que hacen. Con su actitud y cambio de comportamiento les está enviando un mensaje (consciente o no): «Que no se fía de ellos.»

El equipo percibe esa falta de confianza y empieza a hacer algo que antes no hacía: consultarle incluso hasta las pequeñas decisiones. Deducen por el comportamiento del jefe que ya no deben dar ningún paso sin antes contar con su aprobación.

Y el jefe, a su vez se refuerza en lo que ya pensaba: que son incapaces de trabajar solos y de asumir su responsabilidad, y les culpa por ello.

¿Es eso lo que quería? Seguramente no, pero les ha enseñado a trabajar de esa manera. Como ves, resulta muy fácil quedarse atrapado en este círculo vicioso.

Pero ¿se puede romper el círculo? Desde luego que sí. No se trata de una regla absoluta.

¿Cómo? Eligiendo conscientemente la actitud que queremos mostrar. Es decir, controlando nuestra reacción y eligiendo la mejor de las posibles para obtener la respuesta que esperamos en los demás.

En resúmen:

Si quieres cambiar el comportamiento de las personas que te rodean, empieza por controlar TU propia ACTITUD y cómo te COMPORTAS con ellos.

Hay un bonito cortometraje llamado Validation (con subtítulos en castellano). Es un ejemplo perfecto de cómo nuestra actitud influye a los demás. Si no tienes tiempo ahora, reservalo para otro momento pero no dejes de verlo. Espero que os guste.

 

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