Lo que opinan los trabajadores de sus jefes. Datos para reflexionar.
Desde fuera se tiende a pensar que ser jefe es fácil. Incluso en ciertos momentos llegamos a especular que de estar en su puesto uno haría las cosas de diferente manera.
En principio todo parecen ventajas. El jefe tiene influencia y poder, maneja información importante sobre la empresa que no está al alcance de los demás, ejerce autoridad sobre otros, cobra un sueldo mayor… y sin embargo, no todo es un camino de rosas, porque en el mayor rango y sueldo también va un aumento la complejidad de las decisiones que tienen que tomar y la dificultad del trabajo a realizar.
Nadie es perfecto. Ni lo son los Jefes, ni tampoco sus colaboradores. Si fuera tan evidente y tan sencillo ser buen jefe o ser buen empleado, no encontraríamos reproches de unos a otros. Y como no puede ser de otra manera, los hay.
La consultora Otto Walter, de la mano de su fundador Francisco Muro, ha realizado un estudio muy interesante en el que ha preguntado a jefes y colaboradores qué esperan los unos de los otros, y bajo el título Jefes irritantes y empleados tóxicos, ha publicado su investigación sobre management y relaciones socio laborales en España.
En el artículo de hoy, vamos a ver cómo les gustaría a los colaboradores que fueran sus jefes, qué esperan de ellos, cómo les gustaría que se comportaran y cuál es la realidad que viven bajo su dirección. Y para no abrumar con tantos datos, dejaré para un próximo artículo el resultado de la investigación desde el lado contrario: lo que esperan los jefes de sus colaboradores.
» La lista de los deseos de los colaboradores.
Lo bueno de este estudio es que da a conocer qué aspectos anteponen los colaboradores en su relación con el jefe, qué es lo que de verdad les importa y qué echan en falta en ellos. Supone una gran oportunidad para mandos intermedios y directivos el conocer cuáles son estos aspectos y aprovechar este momento para tomar nota, hacer autocrítica y cuidar esos comportamientos a partir de ahora. Vamos a verlos.
Los trabajadores buscan jefes con estos comportamientos:
1. Escuchen y cuenten con las ideas y opiniones de su equipo. 50,43%
2. Sean coherentes y consecuentes. 49,94%
3. Sean claros en la comunicación de decisiones o tareas. 44,48%
4. Reconozcan lo que hago bien y corrijan lo que hago mal. 40,01%
Llama la atención que en los primeros puestos aparezca un gran deseo de comunicación. Para un 50% de los trabajadores, lo más importante es que su jefe les escuche y cuente con su opinión. Si todos sabemos que escuchar es importante, entonces ¿por qué no se hace bien? Sólo se trata de tener un contacto de más calidad, más directo y abierto en ambas direcciones.
5. Sea justo y equitativo. 35,92%
6. Me apoye y me ayude para poder hacer bien mi trabajo. 35,92%
7. Desarrolle mi carrera profesional. 34,80%
8. Diga claramente que espera de mí. 31,14%
9. Cumpla sus compromisos. 28,41%
10.Sea ejemplo de lo que predica. 28,35%
» Nota de los trabajadores a sus jefes.
Uno de los aspectos más interesantes de la investigación para conocer el nivel al que se mueven los mandos en España, es que se pidió a los colaboradores que pusieran una nota a sus jefes y, al mismo tiempo, se pidió a los jefes que indicaran qué nota pensaban que iban a recibir.
Algunas conclusiones a las que llegó la investigación, basadas en las respuestas de los trabajadores, fueron las siguientes:
• Sólo 2 de cada 3 colaboradores afirma que la presencia de su jefe supone una ayuda útil para el equipo.
• Sólo el 59,7% de los empleados contrataría a su jefe si fueran ellos los que tuvieran una empresa y necesitaran un buen mando en algún departamento.
• Un limitado 3 de cada 4 evalúa a su jefe como competente para las funciones que realiza.
• Casi 1 de cada 4 empleados (22%) preferiría arriesgarse a que viniera un jefe nuevo en vez de seguir con el que tiene.
En definitiva, únicamente el 74% de los trabajadores afirma que tiene un buen jefe. Con razón, la consultora se pregunta si el 26% restante se trata de trabajadores que están mal dirigidos, porque ello origina una gran cantidad de energía, productividad y motivación que se pierde. Y eso no es todo, un 6,7% de los trabajadores consideran a sus jefes absolutamente impresentables (una cifra bastante alta ¿no crees?).
» Asignaturas pendientes de los jefes.
El reconocimiento.
Poco más de la mitad de los jefes felicitan más veces de las que critican (55%), o son considerados generosos a la hora de felicitar y premiar (51%). Sin embargo, un escaso 43% consigue que su jefe, al menos una vez al año, le diga de manera formal que está satisfecho de su trabajo.
No me ha extrañado saber que los jefes no son muy proclives al reconocimiento. Muchos piensan que no tienen por qué felicitar por el trabajo bien hecho porque, precisamente, que el trabajo se haga bien es una obligación del trabajador que va en el sueldo. Y en parte estoy de acuerdo. Somos adultos y no debería desmoralizarnos si el cumplido del jefe no llega. Al menos queda la propia satisfacción de lo que se ha logrado. Sin embargo, hay momentos en los que la felicitación del jefe sí debería ser “obligatoria”; por ejemplo, cuando se ha conseguido algo excepcional, se ha soportado una sobrecarga de tareas o cuando se ha hecho algo que ha costado mucho esfuerzo. Incluso por una determinada actitud, si es digna de elogio, se puede llegar a felicitar. Pero para que la felicitación surta efecto, siempre ha de estar bien justificada y no convertirla en algo rutinario.
Gestión de las emociones propias y con el equipo.
Según el estudio, un 44% de los colaboradores afirma que su jefe no es capaz de reconocer sus errores o limitaciones, y casi un tercio (30,4%) manifiestan que no sabe aguantar sus prontos y se descontrola dando voces más de lo debido.
Tan sólo 1 de cada 3 jefes es reconocido como capaz de cambiar fácilmente de opinión cuando se le argumentan otras alternativas, y sólo la mitad (55%) suele aceptar ideas en vez de imponer siempre la suya.
Trato y Orientación al colaborador.
En este punto se menciona algo muy curioso, y es que el 44% de los trabajadores reconoce que su jefe utiliza la llamada “ven pacá” a la hora de citarles, lo que les supone dejar lo que estén haciendo en ese momento sin que el jefe se preocupe de cuál es la tarea que ha interrumpido, ni de buscar el momento más adecuado para hablar las cosas.
Formación.
6 de cada 10 trabajadores suspenden en esta tarea a su jefe.
La dedicación que destinan los jefes a la formación del equipo la califican con un 30/50, mientras que ellos pensaban que estaban al nivel de un 36.
Las Reuniones.
Las conclusiones en cuanto a la gestión de reuniones me han sorprendido. No pensé que los mandos españoles estuvieran tan mal en este aspecto.
En cuanto a puntualidad, sólo un 44,4% de los jefes es reconocido como cumplidor de los horarios que se establecen. Mientras que 1 de cada 4 trabajadores manifiesta que suele acudir a las reuniones a las que se le convoca sin saber para qué es porque el jefe no lo comunica.
» En qué aspectos aprueban.
En cambio, los jefes llegan a alcanzar un buen nivel en:
- Comportamiento respetuoso. Al margen de algún arrebato aislado, la mayoría (82%) reconoce que sus jefes se comportan con la educación debida, y un 15% restante lo deja en casi siempre.
- Lealtad. El 92% se muestra de acuerdo en que sus jefes son leales a la empresa y que administran los recursos como si fueran propios.
» Cómo se puntúan los jefes a sí mismos.
¡Qué difícil es hacer autocrítica! El estudio menciona que, en líneas generales, los jefes se han sobrevalorado, creyendo que lo hacen mejor de lo que el equipo percibe.
Los aspectos en los que hay mayor diferencia de nota son:
- En la capacidad para cambiar de opinión y en dedicar tiempo a la formación de sus equipos. En ambas cuestiones, los jefes se valoraban con una nota en torno al 36-37 sobre 50, mientras que sus equipos le han dado un 30/50.
- En cuanto al reconocimiento del trabajo de sus colaboradores, éstos lo han evaluado con un 35/50, mientras los jefes pensaban que estaban al nivel de un 41/50.
- Respecto a la valoración de su trabajo y a la aportación que hacen al equipo, se asignaron un 44/50 mientras que los trabajadores les han otorgado un 38, por debajo del mínimo correcto.
Por el contrario, donde los jefes sí eran conscientes de que lo estaban haciendo mal, es en aspectos relacionados con las reuniones, en la dedicación de tiempo a su gente y en la tendencia a ver antes el fallo que el acierto.
» Lo que enseña la encuesta.
De la lectura de la investigación de Otto Walter saco dos conclusiones. Y es que, si aspiras a dirigir bien a un grupo de personas fundamentalmente hacen falta 2 cosas:
Primero. No dejar nunca de formarte. Y esto lo puedes hacer de distintas maneras: leyendo mucho sobre todo lo que tenga que ver con el management, asistir a seminarios y cursos de formación para adquirir las habilidades necesarias y, si tienes la suerte de contar con un buen jefe, absorber todas las enseñanzas que te pueda proporcionar el trabajar junto a él para poder inspirarte el día de mañana. Y si ya estás al frente de un equipo, no te duermas en los laureles, ni te abandones. Continúa formándote para seguir evolucionando personal y profesionalmente.
Segundo. Experimentar.
Como dijo Confucio: Me lo contaron y lo olvidé; lo vi y lo entendí; lo hice y lo aprendí.
Experimentar sin perder la inquietud por hacer las cosas cada vez mejor. Y para ello hay que detenerse a reflexionar de vez en cuando, haciendo autocrítica para sacar conclusiones de nuestros fallos y aciertos. Y si eres capaz de reconocer tus puntos débiles a través del feedback de tu equipo, mejor que mejor.
Fuente: En este enlace puedes acceder al estudio completo elaborado por la consultora Otto Walter «Jefes irritantes y empleados tóxicos”.
Próximo artículo: «Lo que esperan los jefes de sus colaboradores».
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