Toma de decisiones: «Intención sin acción, pura ilusión».
Andaba buscando un título que definiera el tema sobre lo que quiero escribir y he dado con esta frase anónima del refranero español: «Intención sin acción es pura ilusión». Aplicable tanto para el trabajo como en la vida personal.
Lo cierto es que fueron unas palabras que pronunció Víctor Martín durante su ponencia en el Curso para Bloggers al que asistí las que me dejaron huella. Haciéndome reflexionar y dándome la idea para escribir este artículo. Víctor dijo: «Si buscáis el momento perfecto… ese momento nunca llega. El momento para hacer las cosas es hoy. No tengáis miedo a nada, la crítica es normal. ¡Hazlo ahora!».
Estuvo genial. Exhortándonos a la acción, a ponernos en movimiento, a perder el miedo, a dejar de planificar y empezar a actuar.
Su aplicación en el ámbito laboral es incuestionable. Seguramente todos conozcamos amigos o compañeros de trabajo que se encuentran como pez en el agua haciendo planes y que luego nunca llevan a la acción. O quizás seamos así nosotros mismos.
No digo que planificar y anticiparse a los posibles obstáculos sea malo, al contrario, idear las cosas, prepararlas y organizarlas, es positivo. Incluso según qué situaciones, siempre es mejor actuar así antes que improvisar. A lo que me refiero es a esa otra planificación, una planificación llevada al extremo, paralizante, que nos impide actuar porque buscamos una ilusoria perfección.
Hay muchos ejemplos en el día a día de un mando intermedio que suceden sin ser conscientes de ello:
- Un plan de acción que tiene mucho de lo primero (plan) y nada de lo segundo (acción) al que se le dan los últimos retoques continuamente.
- Una comunicación urgente al equipo que se pospone por detalles sin importancia.
- La llamada pendiente a un cliente para hablar sobre un proyecto en común y que pasan días sin hacerla esperando el momento perfecto.
- Una decisión que no se toma por darle excesivamente vueltas a las cosas, repasando una y otra vez los pros y contras.
- El feedback sobre el desempeño de un miembro del equipo, que se aplaza sine die y que no se agenda.
En el fondo, intenciones y promesas que se hacen a los demás o a uno mismo y que no se cumplen porque no pasamos a la acción. Puede que resulte difícil tomar decisiones por miedo a equivocarse, pero un mando intermedio tiene que tener iniciativa y resolución. Es lo que se espera de él como líder.
Dejo para la reflexión esta oportuna cita de Giovanni Boccaccio:
Vale más actuar exponiéndose a arrepentirse de ello, que arrepentirse de no haber hecho nada.
Para terminar y por ser el primer post que escribo después del #cursobloggers mi agradecimiento a todos los que lo habéis hecho posible por habernos dedicado vuestro tiempo:
Carlos Bravo (@carlosbravo) de Marketing de Guerrilla en la Web 2.0.
Berto López (@c2cero) de Ciudadano 2.0.
Víctor Martín (@vmdeluxe) del blog de Victor Martín.
Alex Navarro (@vivirdelared) de Vivir de la Red.
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